Esta sesión ha sido especial.
Hemos ido a dar un paseo por el parque,
hemos descubierto setas, bayas, caracoles, hemos olido el romero,
Nos sentamos a pintar un árbol con carboncillo y frotamos sobre su corteza
para notar su textura y que quedara impresa en nuestro papel.
Salieron dibujos curiosos.
Por último vimos cuantos colores había en el cielo con una puesta de sol
de colores rojizos espectacular.
¡Mil gracias a Rebeca por su colaboración, sin ella era imposible controlarlos a todos!
¿Por qué una salida como esta?
Teníamos que aprovechar el buen tiempo antes de que se echara encima el largo invierno.
Pero la razón principal era aprender a observar el mundo que nos rodea,
lleno de detalles
que se nos suelen escapar porque se nos olvida mirar.
Estamos acostumbrados a ver pero se nos olvida mirar más allá.
Los pequeños artistas tienen esa mirada curiosa y una vez que entran en el juego
son unos descubridores realmente avezados.
Solo hay que entrenarlos para que no olviden observar de manera crítica y curiosa y
entrenarlos a menudo para que vayan a más.